Si estás viajando o viviendo en Japón y quieres disfrutar de una de las comidas más icónicas del país, el okonomiyaki es una parada obligatoria. Este plato, a medio camino entre una tortilla y una pizza japonesa, no solo es delicioso, sino que además suele cocinarse directamente en tu mesa, sobre una plancha caliente.
Ahora bien… hay restaurantes que no te preguntan si quieres que lo haga el personal, y de repente te ves con todos los ingredientes delante y cero instrucciones.
¡No entres en pánico! Aquí te explico paso a paso cómo hacer okonomiyaki tú mismo y salir airoso de la experiencia.

🥓 Paso 1: Dale cariño a la carne primero
Si tienes ingredientes como panceta de cerdo, calamares o gambas, van a la plancha primero. No te emociones mezclando todavía. Ponlos en la plancha caliente para que se hagan bien, porque nadie quiere un okonomiyaki con “sorpresas crudas” dentro.

🥬 Paso 2: La fiesta en el bol
Cuando los ingredientes principales estén casi listos, es momento de mezclarlos con el resto: repollo picado, huevo, harina y lo que más te guste.
Remueve bien, como si estuvieras batiendo la masa de un bizcocho rebelde que no quiere integrarse.

🍳 Paso 3: El “plof” en la plancha
Vierte la mezcla en la plancha con decisión. No lo tires desde arriba como si fuera una pizza acrobática: simplemente deja que caiga y luego dale una forma más o menos redonda.
Pro tip: no la aplastes demasiado, deja que se cocine a fuego medio y no la muevas cada 5 segundos (sí, te estoy mirando a ti, ansioso/a).

🔄 Paso 4: La maniobra peligrosa — darle la vuelta
Cuando notes que los bordes están dorados y la masa se ha asentado, llega el momento más temido: la vuelta.
Usa dos espátulas, respira hondo y confía. Si se rompe, no pasa nada… el okonomiyaki es como la vida: a veces no queda perfecto, pero sigue estando buenísimo.

✨ Paso 5: La capa final de felicidad
Cuando esté listo por ambos lados, añade las salsas: la okonomiyaki sauce (dulce-salada), la mayonesa japonesa, alga nori en polvo y katsuobushi (esas virutas de bonito que parecen bailar).



📌 Conclusión
Hacer tu propio okonomiyaki en Japón no solo es divertido, sino que te da una pequeña historia para contar… y posiblemente una mancha de harina en la camiseta como recuerdo. Así que, la próxima vez que no te pregunten si quieres que lo hagan ellos, sonríe y di: “Daijoubu, yo me encargo”… aunque por dentro pienses “¡socorro!”.
💬 Como siempre, si quieres añadir algo o tienes algún truco infalible para preparar okonomiyaki, no dudes en dejarlo en los comentarios. Me encanta leer vuestras experiencias.
📩 Si necesitas contactar conmigo de forma directa, puedes usar la página de contacto de la web.